Mordidas y pausas.
Cada mordida, un dolor intenso en partes del cuerpo y del alma que hasta ese momento no conocía.
Cada pausa, un aumento en los latidos: la expectación y morbo eran insoportables.
Sólo nanosegundos separaban un ametrallador sonido del otro.
Era mi asiático compañero de casa digiriendo su desayuno.
2 comentarios:
jajajajajaaja
ahora si que tengo la imagen completa en mi cabeza
Cristina
No, este datito te dará la imagen completa: su desayuno consiste en choclo con yogurt (ya lo sabías), y su cena... en ALPISTE!!!! el otro día vi las semillas en la cocina y casi se las tiré a los pájaros del patio.
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